Compras y te mandan los lingotes a casa. Cada uno viene en su blister, con su número de serie.
Nuestro servicio de inversión en metales preciosos, te ofrece la oportunidad de diversificar tu cartera y proteger tu patrimonio a largo plazo
Completa el formulario y nos ponemos en contacto contigo inmediatamente.
Compras y te mandan los lingotes a casa. Cada uno viene en su blister, con su número de serie.
Los guardas en tu caja fuerte, dejas que se revaloricen año tras años sin hacer nada más y ya los venderás.
Cuando quieras vender, me avisas y te pongo en contacto con un mayorista de metales de inversión.
Entonces, esa empresa gestiona activamente la compra y venta de tu oro año tras año, y así, resulta más sencillo moverlo (comprar y vender) aprovechando su red, porque manejan oro en grandes volúmenes y tienen un gran número de clientes.
La empresa tiene por objetivo conseguir plusvalías positivas con su modelo de gestión. Es decir, que año tras año, el valor de tu patrimonio en oro se vaya incrementando.
La empresa, actúa de intermediaria entre la empresa de seguridad y el cliente.
El metal es tuyo. No forma parte del balance de nadie, ni puede ser utilizado como garantía, ni tampoco puede ser alquilado.
Por supuesto, se guarda de forma anónima, en estricto cumplimiento de la Ley de Protección de Datos, en valijas individuales y precintadas.
Cada año puedes vender tus lingotes y volver a reinvertir ese importe con la plusvalía obtenida, sin declarar ni un céntimo a Hacienda, ya que mientras las plusvalías no toquen tu bolsillo, no hay que declararlas.
Es así: puedes tener una tonelada de oro en Suiza y no estás obligado a declarar nada de eso al fisco.
Entonces, vas acumulando o manteniendo tu cantidad de oro año tras año hasta que quieras venderlo. Y en ese momento, vendes a precio de mercado en la divisa de tu elección.
Absolutamente nada. Porque los lingotes siguen siendo de tu propiedad. Están en tu casa. O en una caja acorazada en Loomis. No los tiene esa empresa. Los tienes tú. En una valija única, individualizada y precitada. Físicos. Reales. Tangibles.
Esa es la gran diferencia:
Tienes un bien tangible.
Un bien con valor intrínseco, tu oro no depende de un emisor o una contraparte
Pues que vas a tener problemas para recuperar tus fondos y acciones. Tu inviertes en una acción y, si la empresa que la emite quiebra, tu acción vale cero.
Pues que te has quedado sin ellos. Si la empresa desaparece, tú ya no tienes acceso a esos bitcoins.
A lo mejor, prefieres tener parte de tu patrimonio invertido en la nube, quién sabe dónde, en criptomonedas.
Yo prefiero tocar. Tener mis lingotes. Tangibles. Reales, y ver que brillan y que me generan plusvalías año tras año y no dinero digital en una máquina que nadie sabe quién la controla.
El oro es tangible. El bitcoin es opaco. Nadie sabe quién lo está controlando. Ni quién decide lo que vale.
Ya hay más de 8.000 criptomonedas. No las crean países. Las crean empresas o individuos.
Y algunos piensan que cambiando dinero de curso legal, que está avalado por el Banco Central, por algo que es electrónico, van a proteger su riqueza.
La gran diferencia es que el porcentaje que tienen estos fondos en oro es muy pequeño. Hay poco oro metido ahí. Y, aunque hubiera mucho, ese oro no sería de tu propiedad.
En un fondo de inversión, o un ETF, no sabes qué hay detrás. Ni siquiera lo ves. Por tanto, si quieres algo tangible, que se ve y se toca y que está a tu nombre, que es de tu propiedad, tienes que comprar lingotes por tu cuenta. En el fondo y en el ETF no tienes el control. En tus propios lingotes, sí que lo tienes.
Lo recomiendan personas como Warren Buffet o Jim Rikards, invierte al menos un 10% en algo que sabes que, en caso de una crisis bancaria, puedes vender y permitirte mantener a tu familia durante 1 año, por ejemplo.
Así tienes la seguridad de que tu dinero no va a ser intervenido ni devaluado.
Los mismos impuestos que cuando tienes un fondo de inversión. Si decides reinvertir las plusvalías anuales obtenidas para comprar más cantidad a través de la empresa de gestión activa, no tributas.
Solo pagas impuestos cuando decides vender el oro y que el dinero pase a tu bolsillo. Entonces tributas un porcentaje que oscilará entre el 19 % y el 28 % por las plusvalías acumuladas.
Tengo dinero en B, guardado en una caja y me interesa esto de invertir en oro ¿A quién tengo que hacer una transferencia para adquirir oro?
A nadie. El dinero negro no lo puedes “colocar” en ningún sitio.
Es más, esta es otra de las razones por las que no es una buena idea sacar el dinero del banco y guardarlo bajo el colchón ¿Has pensado qué pasaría si lo sacas y quieres meterlo otra vez? ¿Crees que el banco no pensaría que ese dinero puede proceder de actividades ilícitas?
A lo mejor prefieres tener parte de tu patrimonio invertido en la nube, quién sabe dónde, en criptomonedas.
Yo prefiero tocar. Tener mis lingotes. Tangibles. Reales, y ver que brillan y que me generan plusvalías año tras año y no dinero digital en una máquina que nadie sabe quién la controla.
El oro es tangible. El bitcoin es opaco. Nadie sabe quién lo está controlando. Ni quién decide lo que vale.
Ya hay más de 8.000 criptomonedas. No las crean países. Las crean empresas o individuos.
Y algunos piensan que cambiando dinero de curso legal, que está avalado por el Banco Central, cambiarlo por algo que es electrónico, van a proteger su riqueza.
La realidad es que si mañana se cae el sistema o pierdes las claves, como ya le ha ocurrido a alguien, automáticamente pierdes todos tus bitcoins.
Vale. Te dicen que operar es muy seguro y que hay mucha seguridad y las claves son indescifrables.
Pero también has escuchado que ya existen ordenadores cuánticos y que son capaces de reventar todas la barreras de seguridad actuales y descifrar en segundos todas la claves.
Entonces, el asunto es saber si lo que buscas es seguridad.
Porque si lo que buscas es especular y vivir en una montaña rusa de ganancias y pérdidas, el bitcoin es perfecto para ti.
Pero con esa volatilidad no puedes pretender asegurar tu patrimonio.
Siempre que cuentes con el conocimiento y capacidad de gestión para vender y alquilar bienes inmuebles, el ladrillo puede ser una excelente forma de hacer que tu patrimonio crezca.
A mí, personalmente, me gusta mayormente el oro por su simpleza. No depende de amenazas de regulaciones de precios en el alquiler, ni de que la economía esté en un periodo de bonanza o de crisis. No hay mantenimiento alguno. Ni tengo que estar pendiente de si al inquilino se le rompe la nevera o se le emboza el váter.
Solo comprar y esperar. Eso es todo.
Ese es uno de los encantos del oro: lo único que tienes que hacer es comprarlo y observar cómo, sin hacer absolutamente nada, año tras año te genera plusvalías que revalorizan tu patrimonio.
Los bancos centrales con sus maquinitas de producir millones de papeles de colores se encargan de que el oro cada día valga más y más.
Te diré por qué te digo lo de la ilusión:
Los bancos están obligados a tener únicamente el 1% de liquidez de coeficiente de caja. Eso se llama reserva fraccional. Y es otra de las razones por las que te conviene proteger una parte de tu patrimonio sacándolo del sistema financiero.
De lo contrario… ¿Qué pasaría si mañana fueras a sacar dinero de tu banco y el cajero no funcionara?
O si el acceso a la web de tu banco estuviera colapsado y no pudieras operar. Si hubiera un pánico bancario, que es lo que pasa cuando todos los usuarios quieren sacar su dinero al mismo tiempo de la entidad… ¿Crees que podrías hacer una transferencia fuera de tu cuenta? ¿Alguien te garantiza que puedes retirar tus ahorros?
El dinero que tiene tu banco para poder darte en billetes es solo un 1% de su total.
Y me puedes refutar diciendo:
“Pero tenemos un Fondo de Garantía de Depósitos y si quiebra el banco o todo el mundo quiere sacar el dinero a la vez el fondo te garantiza que te dan tu dinero”.
Sí. Claro. En realidad eso no es más que un placebo mental. Si ocurre, nadie te va a garantizar que puedas obtener tu dinero en igualdad de condiciones. Pero no porque no te lo quieran dar. Simplemente porque:
En el banco tu dinero no existe físicamente. Es una ilusión. No está en forma de billetes. Es un mero apunte contable.
El banco tiene el 1% de liquidez y el resto está en una computadora central, en forma de números.
¿Sabías que los recursos financieros del Fondo de Garantía de Depósitos a 31 de Diciembre de 2020 ascendía a 4.101 millones de €? Y eso, ¿es mucho o es poco? Pues un 0,8 % de la totalidad de los depósitos. Para echarse a temblar…
El pueblo alemán lo sabe y por eso tienen 3 veces más oro acumulado que todas las reservas del Banco Central Alemán. Ellos han aprendido la lección de Weimar. Los chinos se están poniendo las pilas y comprando todo el oro que pueden para blindar su economía. La pregunta es:
¿Qué vas a hacer tú ahora que sabes lo que te he contado? Haz clic en el botón y ponte en contacto con nosotros
Me senté con un cliente.
Un hombre que ha vivido mucho.
Tiene pasta para aburrir, de verdad, su único interés era no perderla.
Ahora, cado dos por tres, me llama y me dice:
“— Pásate, que te tengo que dar una caja de bolígrafos, y convertimos los bolígrafos en lingotes, ya me entiendes.— 😉”
“— ¡Ave María Purísima!—” me dice al despedirse 😇.
Es un grande.
A ver, no es que yo vaya por ahí convenciendo a la gente, pero a este hombre, que igual ya tiene lingotes para alicatar diez cuartos de baño, le conté una historia real «sobre piratas» que le hizo decidirse por primera vez.
Son 3 minutos y te cambia para siempre la forma en la que miras tu dinero.
Dejas el email y llega el pirata a tu bandeja de entrada.
Luego le siguen 3 cuentos más.
Bueno, cuentos no son, son 3 consejos de rápido consumo y máximo valor.
Pequeñas pepitas de oro que me han dado personas que no tenían problemas de dinero y que te pueden cambiar la forma de relacionarte con el director de tu banco, la forma en la que cuidar tu dinero, y sobre todo, de distribuirlo.