🔍 ¿Estás colaborando con aseguradoras sin contrato ni garantías claras?
Vale, muchos lo hacen, pero… ¿hasta qué punto compensa seguir así?
⚠️ El riesgo real de trabajar sin contrato con aseguradoras
Cada vez más profesionales sanitarios atienden pacientes derivados por aseguradoras sin haber firmado ningún contrato formal.
Lo hacen porque:
-
“Siempre se ha hecho así”.
-
“Nunca ha habido problemas”.
-
“Es cómodo, me mandan pacientes y me pagan”.
Pero el día que hay un conflicto o una reclamación, todo depende de ti.
Y ahí es donde muchos se dan cuenta, tarde, de que no tenían protección ni respaldo.
🔍 ¿Qué implica trabajar sin contrato con aseguradoras?
Veamos los riesgos concretos:
1. No tienes protección jurídica ante impagos o cambios unilaterales
Si la aseguradora deja de pagarte o modifica las condiciones sin previo aviso, no puedes reclamar nada con fuerza legal real.
Sin contrato, no hay marco. Solo palabras.
2. No puedes planificar tu fiscalidad correctamente
Cuando trabajas sin contrato, los ingresos que recibes no están respaldados legalmente, lo que puede complicar tu fiscalidad y tu seguridad jurídica. Incluso, pueden generar confusión ante Hacienda o dificultar la correcta imputación de responsabilidades.
Una inspección puede derivar en sanciones, recargos o problemas con Seguridad Social.
➡️ Puedes consultar también cómo evitar errores comunes en tu planificación fiscal.
3. En caso de reclamación de un paciente, te dejan solo.
¿Y si hay una complicación, una denuncia o una queja?
Si no tienes contrato, es muy probable que la aseguradora se lave las manos.
Todo recae en ti: costes legales, defensa, indemnizaciones…
➡️ Aquí es clave contar con un buen seguro de responsabilidad civil, pero también con un marco claro de relación profesional.
🧭 ¿Qué puedes hacer si ya estás en esa situación?
Si ahora mismo trabajas con aseguradoras sin contrato, no estás solo. Pero conviene tomar decisiones. Aquí van pasos claros:
✅ 1. Solicita un contrato formal
No tiene que ser largo ni complicado, pero debe recoger:
-
Tus funciones.
-
Las condiciones de pago.
-
Las coberturas en caso de conflicto.
-
Tu situación fiscal (autónomo, SL, etc.).
Si se niegan a dártelo… eso también te da una pista.
✅ 2. Documenta todo
Guarda correos, justificantes, listados de pacientes, facturas.
Todo sirve como prueba en caso de disputa.
✅ 3. Refuerza tu cobertura jurídica
No solo con un buen seguro profesional, sino con una estructura jurídica que te dé respaldo.
➡️ Si tu actividad ha crecido, quizás te conviene evaluar si es momento de pasar de autónomo a Sociedad Limitada, como explicamos aquí:
¿Es rentable seguir como autónomo o debería pasarme a una SL?
✅ 4. Diversifica tus fuentes de ingreso
Cuanto menos dependas de una aseguradora, más margen tienes para poner tus propias condiciones.
Pacientes privados, colaboraciones con otras clínicas, formación, divulgación… hay opciones.
🧩 ¿Y si me quiero salir de ese sistema?
Muchos profesionales lo han hecho. Pero no de golpe.
Lo han hecho con planificación, estrategia y respaldo.
Un buen primer paso es analizar tu situación actual:
-
¿Qué porcentaje de tus ingresos depende de aseguradoras?
-
¿Qué nivel de riesgo estás asumiendo?
-
¿Tienes margen para rediseñar tu modelo de negocio?
➡️ En este artículo hablamos de cómo proteger tu patrimonio frente a situaciones imprevistas, y esta puede ser una de ellas.
🧠 Conclusión: Si no está por escrito, no existe
Trabajar sin contrato puede parecer cómodo…
Hasta que hay un problema.
Y en ese momento, todo lo que diste por hecho… se esfuma.
Este artículo no busca asustarte, sino ayudarte a tomar decisiones con criterio.
Porque si ya das lo mejor de ti como profesional, tu estructura legal y fiscal debería estar a la altura.
📩 Reserva una reunión con nosotros y te ayudamos a revisar tu situación actual.
Sin compromiso, pero con claridad.